lunes, 17 de noviembre de 2008

INFORMACION


Tema particular:
Psicología del ciego
Tema General:
Ceguera
Bibliografía:
García, Juan Manuel.”Así somos los ciegos”, España, Editorial Científico Medica, 1968


La vista tiene un carácter limitado al conocimiento objetivo, por que un conocimiento objetivo viene dado fundamentalmente de modo más preciso y substancial por el tacto. Por otra parte el sentido de la vista proporciona otros conocimientos que se encuadran fundamentalmente en un fenómeno de relaciones y magnitudes que el desconoce y y que solo de manera teórica y conceptual imagina. En este sentido es difícil acceder a la imagen de dimensiones y de superficies que es fundamentalmente resultado de dimensiones y relaciones entre las formas, la extensión, el volumen, y el limite de los cuerpos y su perspectiva espacial por el lugar que estén ocupando.

Así pues el problema de un ciego nato que se encontrara con la facultad de ver seria el poder ir adaptando gradual y paulatinamente a un nuevo método de adquisición de conocimiento.

Reconocemos en la medida en que conocemos. Así que si lleváramos la visión a un invidente no podría percibir los objetos por su vista y en muchos casos tendría que acudir al tacto para reconocer.

El invidente carece de muchos elementos de juicio de los que dispone el individuo normal.

Los sentidos nos proporcionan aquellos conocimientos básicos e iniciales y con los cuales podríamos elaborar después mediante el ejercicio del resto de las funciones psicológicas e intelectivas elaborar el raciocinio.

Las actividades mentales contienen tres grupos de funciones distintas:

1) Funciones de Sensopercepcion: mediante los cuales el individuo recibe el conocimiento bajo la forma de sensación y lo eleva a la categoría de idea. Esta integrado por sus órganos sensibles y reaccionan cuando se ponen en contacto con el exterior.
2) Funciones de Asociación: regida por la memoria gracias a las cuales podemos realizar representaciones.
3) Funciones Resolutivas o conativas: son mediante las cuales nos ponemos en actividad para ejecutar actos dictados por nuestro raciocinio.

Tanto mas datos o experiencias poseamos mas relaciones o comparaciones seremos capaces de establecer y por tanto mas elaboraciones inteligentes. Estos datos los adquirimos por medio de los sentidos. Un sentido es el centro de elaboración de sensaciones que recoge el cerebro convirtiéndose en sensopercepciones. Cada sentido tiene un circuito especial y forma características de actuar y proporcionar sensaciones especificas y propias.
A veces un solo sentido nos permite percibir distintas propiedades o contenidos en un estimulo.

Otras veces la misma sensación nos puede venir dada aunque percibida de distinta manera por dos o mas sentidos como nos pasa con la idea de la forma de los objetos que la podemos adquirir mediante el tacto o la visión. (Percepciones equivalentes). Lo que permite al hombre suplir en cierto modo algún sentido perdido.

En general sin un órgano adecuado para percibir esta sensación para responder al estimulo este no podrá existir. Somos incapaces de (oír, ver) comprender multitud de estímulos que se producen a nuestro alrededor y que para nosotros carecen de valor interpretativo

Sentido del tacto. Con este se recogen aquellas experiencias relacionadas con el aspecto formal y material de los seres u objetos , de manera directa e inmediata, pudiendo recoger otras impresiones por distintas accidentes de la materia como la dureza y el calor. El tacto para el ciego nato es la única manera para reconocer un objeto. Proporciona un conocimiento sensible mas real y profundo que aquel que nos proporciona el sentido de la vista, en el cual aporta un conocimiento de relación pero que no proporciona un modo preciso de determinados atributos de la materia.
El conocimiento del invidente acerca del tacto les proporciona un valor definitivo que a los videntes las proporciona el sentido de la vista.



Ceguera del conocimiento

Es cierto que el odio, la amistad o el amor pueden enceguecernos, pero también es cierto que el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad. La afectividad puede oscurecer el conocimiento pero también puede fortalecerlo.


Lo humano es y se desarrolla en bucles: a) cerebro- mente- cultura; b) razón — afecto — impulso; c) individuo — sociedad —especie. Todo desarrollo verdaderamente humano significa comprender al hombre como conjunto de todos estos bucles y a la humanidad como una y diversa. La unidad y la diversidad son dos perspectivas inseparables fundantes de la educación. La cultura en general no existe sino a través de las culturas. La educación deberá mostrar el destino individual, social, global de todos los humanos y nuestro arraigamiento como ciudadanos de la Tierra. Éste será el núcleo esencial formativo del futuro.

La historia humana comenzó con una dispersión, una diáspora de todos los humanos hacia regiones que permanecieron durante milenios aisladas, produciendo una enorme diversidad de lenguas, religiones y culturas. En los tiempos modernos se ha producido la revolución tecnológica que permite volver a relacionar estas culturas, volver a unir lo disperso... El europeo medio se encuentra ya en un circuito mundial del confort, circuito que aún está vedado a tres cuartas partes de la humanidad. Es necesario introducir en la educación una noción mundial más poderosa que el desarrollo económico: el desarrollo intelectual, afectivo y moral a escala terrestre.



v http://walterjay.blogspot.com/2006/08/el-conocimiento-evita-la-ceguera.html

El ojo no tiene el poder de romper sus fronteras biológicas, a menos que se utilicen artefactos como unos binoculares o un telescopio, y quizá habría que mejorar los lentes para llegar lejos, tan lejos como lo permitan dichos lentes.
¿Y que pasa con nuestra visión del mundo? Pasa exactamente lo mismo. Nuestra visión del mundo puede llegar tan lejos como uno mismo se lo proponga. No ocupamos lentes. Ocupamos saber. Eso que es capaz de romper fronteras: conocimiento, cultura, mejora profesional y existencial. ¡Vamos, hasta una plática en el café con miras a expander nuestra visión del mundo podría ayudar! ¿Cómo? Desglosando lo que no entendemos, descubriendo lo que ignoramos, optimizando lo que ya sabemos, hablando lo que solemos callar e investigando lo que nos intriga.
Y entonces... sólo hasta entonces, podremos vivir la experiencia del cómo nuestra visión se expande; abarca más y llega más lejos; descubre nuevos detalles y distintos matices; territorios desconocidos... tanto, como nosotros mismos queramos.

v MENDES DOS SANTOS, Geraldo. Espejo y ceguera: signos metafóricos del conocimiento
ESPEJO Y CEGUERA: SIGNOS METAFÓRICOS DEL CONOCIMIENTO

Signo es algo que está en el lugar del objeto y es capaz de transmitir su sentido o mensaje a un organismo o instrumento intérprete. La representación por signos puede asumir diversos aspectos, dependiendo de la relación entre signo y objeto representado, pudiendo ser un ícono (semejanzas en la forma), indicador (causa y efecto) o símbolo (convención arbitraria). Las palabras son símbolos o memes culturales producidos y reproducidos en la mente y son los elementos básicos del lenguaje y del pensamiento.

Excepto expresiones verbales y onomatopéyicas, las palabras normalmente no tienen significado preciso cuando se las utiliza aisladamente. Una misma palabra puede tener diversos sentidos y para tener y dar sentido a las cosas concretas y abstractas, ellas deben funcionar en conjunto. Las palabras "espejo" y "ceguera", por ejemplo, no nos dicen mucho cuando están aisladas, pero presentadas en un contexto, formando frases y oraciones, pasan a representar no uno o dos, sino un mundo de signos. Tomo por ello esas dos palabras para reflexionar sobre su significado en el lenguaje y como metáfora del conocimiento humano.

Espejo es una superficie regular, pulida, con fondo metalizado, capaz de reflejar la imagen de los objetos. La superficie especular nos posibilita una experiencia reveladora y única: nuestra imagen reflejada es percibida como si fuésemos "otro" que nos observa y juzga. Pero el "otro" no es ningún otro (es imagen nuestra) ni nosotros mismos (cómo podemos ocupar dos lugares al mismo tiempo?).

La imagen especular puede ser comparada a un reflejo de la realidad del mundo en nuestra experiencia de vida, o al reflejo de nuestra experiencia de vida en la realidad del mundo. Sea cual fuese la alternativa para esa provocadora dualidad, una manera de expresar esa realidad es la metáfora de un río caudaloso y perenne en el que nuestras experiencias personales confluyen, como pequeños manantiales, para interconectar la gran vertiente de la historia y desembocar en el inmenso océano de la vida. Las imágenes de lo real y lo imaginario se entrelazan y se funden, formando una realidad única.

La imagen especular también puede asociarse al conjunto de los conocimientos adquiridos que, por más sólidos que parezcan, carecen de solidez incluso en las ciencias exactas o duras: son fluidos a semejanza de una niebla fugaz e itinerante y su regla es el cambio permanente. Los conocimientos de ayer se transforman en la ignorancia de hoy y mañana todo pasa a ser diferente. La propia ciencia hace del cambio y alternabilidad de saberes su objetivo operacional; su misión, o mejor, su propia naturaleza consiste en pruebas interminables para refutar las verdades que pregona.

La imagen metafórica del conocimiento en constante mutación puede ser castigo para ciertos intelectuales que se juzgan poseedores de sólidos conocimientos o parte de una élite, por sus títulos y condecoraciones, o hasta superiores a los hombres comunes. Eso no se sustenta, ya que la ignorancia aumenta en la misma proporción en que aumentan los conocimientos; mientras más se aprende hay más por aprender. Eso es válido para el generalista que tiende a saber poco de todo y, sobre todo, para el especialista que tiende a saber todo de poco.

El signo "ceguera" puede ser invocado como referencia al mito de Cosmo ordenado y ordenador, surgido de Caos, brumas oscuras denunciadoras de la falta de luz y donde los espejos no sirven para nada. La ceguera puede ser asociada al mito platónico de la caverna, indicadora de la ignorancia oscura, repetidora de viejas opiniones o "doxa" y luego redimida por el brillo de la razón, el raciocinio y la lógica.

La ceguera denota la incapacidad de los seres vivos de captar visualmente las imágenes proyectadas de los objetos circundantes. Literalmente es signo de incapacidad visual, pero de un punto de vista ontológico y humano puede ser señal distintiva de la capacidad que ciertas criaturas tienen de interactuar con el mundo de manera diferente, admirable y tal vez más creativa que aquellos poseedores de visión.
Ejemplos son el legendario Homero, John Milton y Jorge Luis Borges, además de tantos otros que utilizaron su propia ceguera como inspiración para obras grandiosas.

Si la ceguera puede o no existir, dependiendo del ángulo en que se analiza, cómo atribuirle un signo definitivo? En ese, como en todos los casos, los signos solo funcionan en conjunto y son tan cambiantes como las propias cosas que representan. Espejo y ceguera son signos ilusorios, indicativos de que la realidad que representan también lo es.

Considerando que vivimos mental, social y culturalmente sumergidos en un universo de signos que operan desde hace millares de años, y considerando también que el conocimiento, el lenguaje y la cultura son conquistas colectivas y vinculadas tanto al pasado como al futuro y al presente, es forzoso admitir que todos los signos se complementan y que el hombre evoluciona con base en los cambios de los signos que crea y recrea, en un proceso incesante e interminable.

Geraldo Mendes dos Santos, Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA), Brasil




ETIMOLOGÍA - LÉXICO
BABEL

Éste es un término bíblico incorporado desde siempre a nuestra lengua como paradigma de la confusión y el desorden, como fruto de la maldad humana y del orgullo. El diccionario de María Moliner dice: babel (n. calif.; fem.) Del nombre de la torre de que se habla en la Biblia, se aplica a un lugar donde hay gran confusión o desorden, o donde hablan muchos sin entenderse. (Suele escribirse con minúscula.) He aquí el texto bíblico que da origen a este significado:
"Era la tierra toda de una sola lengua y de unas mismas palabras. En su marcha desde Oriente hallaron (los hijos de Sem) una tierra en la llanura de Senaar, y se establecieron allí. Dijéronse unos a otros: "Vamos a hacer ladrillos y cocerlos al fuego". Y se sirvieron de los ladrillos como de piedra, y el betún les sirvió de cemento; y dijeron: "Vamos a edificarnos una ciudad y una torre, cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra". Bajó Yavé a ver la ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres, y se dijo: "He aquí un pueblo uno, pues tienen todos una lengua sola. Se han propuesto esto, y nada les impedirá llevarlo a cabo. Bajemos pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros". Y los dispersó de allí Yavé por toda la haz de la tierra, y así cesaron de edificar la ciudad. Por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yavé la lengua de la tierra toda, y de allí los dispersó por la haz de toda la tierra." Gén. 11, 1-9
De babel se formó Babilonia. La Vulgata llama Babel a esta ciudad cuando aún no está acabada. La etimología bíblica, que da a este nombre el significado de "confusión", ("por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yavé la lengua de la tierra toda") remite al verbo balal, confundir. Pero existe tanto para Babel como para Babilonia otra etimología, que hace proceder el término del babilónico bab-ilu, que significa "puerta del Señor". Para los profetas Babilonia es además el prototipo de la corrupción y la depravación.
Lo que actualiza hoy el nombre de babel y lo hace especialmente interesante, es su inseparable asociación con torre, y el contexto bíblico del que procede. La asociación de palabras, imágenes y confrontación de culturas (la de los hijos de los hombres contra la de los hijos de Dios), nos lleva a las Torres Gemelas de Nueva York. En efecto Yavé, el valedor de "los hijos de Dios" (los buenos) ve con preocupación cómo los hijos de los hombres se han propuesto retar a Dios y construir una torre altísima que toque el mismo cielo, una torre que les proporcionará sobre todo fama y gloria. El valedor de los hijos de Dios, de los fieles que dirían en el islam, no puede consentir tamaño insulto; no puede aceptar que los hijos de los hombres, los hijos de la carne, suban más alto que los hijos de Dios. Así que toma la determinación de impedir que se culmine la construcción de la torre de Babel confundiendo la lengua de sus constructores y dividiéndola en muchas lenguas, de manera que les fue ya imposible entenderse entre ellos.
¿Qué nos dice que Ben Laden y su extensísima cohorte de talibanes y ayatolas no se han inspirado precisamente en este pasaje del Génesis para elegir como emblema de su lucha contra los infieles un símbolo que tiene el mismo valor en ambas religiones? De paso nos venden la destrucción de las soberbias Torres Gemelas por el fuego venido del cielo, como un castigo de nuestro propio Dios.
Mariano Arnal

















No hay comentarios: